lunes, 4 de abril de 2011

Chasing Pavements

De puntillas por el no lugar del que había oído hablar en las canciones de Adele, borro el corazón de vaho que tatué sobre el cristal de tu coche, cápsula de secretos más que confesables.

Echo a andar hacia atrás, sesenta pasos exactamente. Ni uno más, ni uno menos. Y doy con que el motivo por el que no logro dar con frases que no se refieran a ti no atiende a razones.
Allí está, cruzado de brazos en la barra del bar de siempre, con la copa un poco más vacía esta vez. Me cuenta que después de 633 noches de conversaciones con tu sudadera, está como al principio, en un no punto de partida, en un no punto de retorno. En la barra. En un no lugar del que no acierta a salir, quizá porque no le pone mucho empeño. La disputa entre nosotros amanece en un charco de mierda y ronmiel.

No hay acuerdo ni democracia emocional. Veremos esta noche.

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