viernes, 28 de septiembre de 2012

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Deja que estas  pecas bailen un último vals al compás de tu aliento sobre mi nuca. 

Una vuelta más sobre la pista de baile y prometo dejarte marchar, hasta el próximo septiembre.

 Mientras giramos prometo no decir nada si decides borrar los lunares de mi vestido de verano con tus manos.  

En el intento por no violar este sagrado silencio delator morderé mis labios hasta que pase el otoño. 


Quizás entonces, mientras juegue con las hojas secas con otros zapatos, escriba en el suelo tu nombre... o el de cualquier disfraz "de ti". 

                              

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