39 y medio de fiebre. Volví a faltar a clase. No me podía levantar de la cama y sólo podía dormir , dormir y dormir. De todos es sabido que no suelo cuidarme mucho, y que ir al médico es algo prescindible para mi. Pero esta vez te pasaste querida, así que decidí hacerle caso al matasanos, y tomarme todas las pequeñas drogas que me proporcionó así como respetar sus grandes consejos de "los sabios del Machupichu": "bebe mucha agua". (oh, really? Gracias tronco).
A lo largo de la mañana hice un poco de magia negra para ver si me podía poner buena para el gran estreno de Tamara y César (YATT)... pero no hubo suerte. Laura y Sergio fueron solos a la que prometía y fue toda fiesta de presentación.

Al día siguiente me llamó mi jefa y me dijo si podía ir a trabajar (era mi tercer día de claustro en casa), y aun teniendo 39 de fiebre, no podía más... y empezaba a entender aquello de "se me cae la casa encima", así que me duché, me tomé todos los ibuprofenos del mundo y todos los paracetamoles de Madrid y allá que me fui. A hakei. Magnífico sitio para no recuperarte. Pero ya lo he dicho antes... de todos es sabido que no suelo cuidarme mucho.
En el metro me encontré con Eli, la mejor amiga de Tamara, que se dirigía para el pop-up-store de YATT, que clausuraba ese día. Me pidió que me pasara, que Tamara y Cesar se habían esforzado mucho, y que el resultado era una maravilla. Con mi voz de Colombo le dije que si aguantaba la jornada laboral que iría.
Y aunque no aguanté una mierda en el curro ... y me queía morir, imrpimí invitaciones para toda la plantilla y allá que no fuimos al cerrar la tienda.
Todos tenían razón.
La fiebreno me dejó disfrutar del acto como Sergio lo hizo.. y lo estaba haciendo , porque quienes asistieron el primer día, el segundo repitieron.
