miércoles, 28 de noviembre de 2012

D. Sr D




Dejaba  la cafetera preparada de madrugada para no perturbar la pausada respiración de su lado derecho de la cama... a pesar de ello... cada una de esas mañanas... ella,  traviesa, intuía cada una de sus torpezas matutinas. Previsibles. Deliciosas.

 "La increíble historia de la zapatilla perdida"... "El hombre de la mancha vespertina" ... "El valiente que detuvo el tiempo para dar un último beso en la frente". 

Son tan solo algunos de los títulos predilectos de mi biblioteca. 

D.




lunes, 26 de noviembre de 2012

#2


Déjame tejer los martes de abril a tu ondulada melena, dibujar espirales sobre esa...tu  nuca cuando amanezca a tu espalda  y recoger tus pedazos de niña a cada torpe tropiezo . 
Dos canciones de Raphael y copa y media de vino blanco después ella dijo sí. 

Él navega entre viejas fotografías y con la yema  de los dedos acaricia el surco de lo que parecen unos labios rojos. En un suspiro contiene el perfume del cuello de su amada y deja volar la imaginación hasta 2023. Ella dijo sí. Con una promesa y una cera violeta escribieron las frases más pastel por los rincones de Madrid. Aún hoy derrama alguna lágrima al pasear por la Costanilla de los Ángeles  al ver  aún teñidas de amor sus paredes. Otros  soñadores han impreso su historia sobre las manchas violetas... Pero ninguna igual. No como aquella. 


domingo, 11 de noviembre de 2012

2


Al fin se quedaron solos. Después de 6 otoños juntos, C434 confiaba en que cada uno de  los besos dados al amanecer hubiesen convencido a Ms.Potato  de que un camino recorrido de la mano, era más camino. Tardó doce noches en construir una pregunta certera, la más difícil de había rondado su metálico rojo corazón. 

Tras una intensa jornada en la repisa del pasillo 19  y el abuso de cientos de manos menudas, las luces de la juguetería. C434 abrió su caja e hizo toc toc sobre el plastificado envase de su amada. Ella abrió los ojos y no esbozó sonrisa alguna, algún niño se había llevado sus labios en el bolsillo.  

Todos en aquel pasillo fingían dormir para darles intimidad. Tras titubear unos instantes, el robot más longevo del lugar se liberó:

-¿Quieres casarte conmigo?

C434 no volvería a pronunciar palabra alguna, al leer la nota que ella había escrito: lo siento, no eres Ironman.


jueves, 8 de noviembre de 2012

PANTONE


No volvieron a verse jamás. 672 le roba a una guitarra caduca las notas que ella no entendió apostado en alguna azotea de Neptuno. 15-5519 le escribe los versos nunca dichos en posavasos de países no pisados y los guarda en la nevera. No hay canción que teja los recuerdos. No hay vida que cantar en un renuncio.

Sin saber muy bien por qué, ella saca a pasear cada mañana un vestido de verano. Insatisfecha, vuelve al hogar y guarda su vaporoso disfraz de virginal encaje blanco, de seda azul, de tul granate.  No hay segunda piel que arrope los días que se le escapan por la comisura de los labios, en ninguno volvió a pronunciar su nombre.

Él construye rostros para volver a enamorarse. Vomita trazos que le devuelven al instante en el que ella dejo de ser. Cada martes se deja tentar por una orgía de carboncillo y colores pastel pero evita bautizar a su nueva amante. Nunca fue valiente. Ahora simplemente... no es.

Dicen que 672 coquetea con su reflejo los días nublados. Deja el espacio suficiente en su fotografía imaginaria para el que, sabiéndose poseedora de la única verdad absoluta que ella conocía, jamás volverá a ver.